2008/07/24

Sed de mal: la delgada línea de la frontera

Orson Welles, maestro del celuloide, rodaba allá por el año 1958, "Sed de Mal", último film del realizador en Hollywood, que dejaba bien clara la manera tan sencillamente magistral de Welles a la hora de llenar de contenido o profundidad a sus films, infravalorados por los estudios en su momento...

Un agente de la policía de narcóticos llega a la frontera mexicana con su nueva esposa justo cuando explota una bomba. El policía decide emprender la investigación con el apoyo del jefe local, el obeso Quinlan, muy reputado en la región por sus métodos, pero un hombre ávido y brutal. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro.

Orson Welles firma el guión (Según varias fuentes reescribiendo uno del que realmente partía y sacándolo de la mediocridad argumental...) de su puño y letra. Es curioso el trasfondo social y político (en menor medida) que tiene el libreto de Welles, obra magna escrita adelantada a su tiempo donde Welles nos habla de la corrupción, de la traición, del choque entre fronteras y etnias, del declive de la ley, el interés suscitado de Welles por "cuadricular" más a los personajes protagonistas y centrarse en perfilar de manera sinuosa e interesante a todos los secundarios, dando un toque bastante oscuro y atípico para una producción del Hollywood clásico de esas fechas. Magníficos diálogos que están milimétricamente bien escritos desde el principio hasta el final. Fantásticos los escenarios (Que sitúan perfectamente al espectador desde el principio con ese famoso plano secuencia inicial) que se humanizan conviéndose en un elemento esencial para retratar el sucio, despectivo y contrapicado mundo que Welles muestra, la fronteriza línea entre México y Estados Unidos, la frontera entre el bien y el mal, una línea muy fácil de cruzar, y muy difícil de llevar por el buen camino. Del guión se podría añadir que estamos ante una obra cumbre del cine noir con algunos toques característicos del Western (en su estructura, los personajes, escenarios y situaciones sobre todo al final, parten de este género) siendo más extravagante aún y infinitamente exótica en todos los sentidos posibles de la palabra. Un guión redondo.

El reparto es extenso, no por ello desmerece, sino todo lo contrario, TODOS los personajes entran en escena para decir algo, para corroborar la espiral del film y hacer que el argumento sea sólido. Así pues, tenemos al poli bueno, interpretado por el recientemente fallecido Charlton Heston, chapurreando algo de español (interpreta a un policía Mejicano) que realmente interpreta al galán por excelencia, el típico personaje de cualquier película de cine negro donde su interés principal es la chica, eso si, Welles no lo desaprovecha y consigue meterlo en la historia sin usar ese motivo. La siempre guapa y sexy Janet Leigh ("Psicosis") que volvería a pisar el Motel Bates años después de rodar esa obra maestra de Hitchcock (sí, hay un Motel que es el mismo decorado que se usó en "Psicosis") la chica en apuros, otro tópico del cine clásico, pero que nuevamente Welles pone de manifiesto su crueldad hacia este tipo de clichés, utilizándolos muy bien para contar el verdadero argumento (ya me diréis en que película de cine clásico, utilizan y secuestran a la chica para chutarla de droga, chapó Welles). El que realmente está de lujo es el propio Orson Welles, en un papel antológico que pasa directamente a formar parte del celuloide y de los grandes villanos de la historia del cine, el capitán Hank Quinlan se come la pantalla, armoniza el dinamismo del film y carga en él las mejores secuencias de la película, sencillamente magistral la aportación de este mítico personaje. En los secundarios, destacar a tres de ellos que me parecieron soberbios, por un lado Joseph Calleia, el eterno amigo y ayudante de Quinlan que da su paso decisivo al final, gran papel. Akim Tamiroff en el papel de Joe Grandi, muy simpático, el EXCELENTE papelón secundario del recepcionista del motel, interpretado por un extravagante y enigmático Dennis Weaver, o la dueña del club, el papel de Marlene Dietrich, amante en el pasado del personaje de Quinlan que cierra el film con una de las mejores citas que he oído, un personaje 100% de cine negro, con un desenlace totalmente denostado y oscurecido nuevamente por Welles. Gran reparto, de 10.

Orson Welles tras la cámara en una completa MARAVILLA. Su uso indefinido a la hora de realizar es para estudiarlo, no hay plano, enfoque y juego visual que se le resista, completando una fotografía que roza la puñetera perfección cinematográfica, propias tan solo de un genio. Empezando por EL famoso plano secuencia inicial, totalmente majestuoso y bien necesario para situar al espectador dentro de la historia (hay un segundo en interior que pasa totalmente desapercibido pero que también es genial), pasando por la cámara en mano (tremendo, estamos en el 1958, que quede claro), los ya característicos planos en contrapicado que refuerzan la idea de la supremacía del villano (Welles lo usa mucho cuando el personaje que interpreta aparece en pantalla), los primeros planos en las escenas cumbres (la bella mirada de Janet Leigh dentro del Motel, en todas sus secuencias no tiene precio, bellisimas. Excelente realización de Welles, me ha fascinado al igual que la fotografía en blanco y negro, llena de diversos detalles y matices. La música, muy acorde con el film y con los pilares básicos del compositor, el gran Henry Mancini. Lo que destaco: La dirección, el guión y el reparto, por ese orden. Escenas: El plano inicial ya comentado, TODAS las majestuosas y tenebrosas escenas del Motel, La parte del final en la base petrolífica. Lo que menos destaco: A veces cuesta un poco seguir los enrevesados diálogos, pero esto es una minucia.

En general, todo un clásico de Orson Welles (no desmerece nada a la altura de Ciudadano Kane en mi opinión), obra maestra del cine noir, y por lo tanto altamente recomendable para todo aquel que se considere cinéfilo. Un merecido 10.

NOTA: 10/10
RECOMENDACIÓN: Cinéfilos
DURACIÓN: 108 min.
AÑO: 1958
Ficha en IMDB


1 comentario:

DASKABE dijo...

Muy de acuerdo en todo.

Aunque es una obra que merece mas de un visionado, aunque se recuerde muy bien.