2010/10/08

"Vinieron dentro de... (Shivers)": Parásitos sexuales

Director: David Cronenberg
Año: 1975
País: Canadá
Duración: 87 min.
Sinopsis: En el complejo residencial de la torre Stareliner, un científico crea, por medio de unas modificaciones genéticas, unos seres parecidos a las babosas que penetran en los cuerpos humanos, convirtiéndolos en unos enfermos portadores de una “rabia” que les hace tener un insaciable instinto sexual, además de ganas de matar.
Mi Nota: 9     Ficha en IMDB


Poco a poco, me adentro en el enorme e inquietante mundo de David Cronenberg, un director especial, con unas fobias sociales y psicológicas que se trasladan a base de terror clásico a sus películas, y tras la agridulce sensación (eso sí, peliculón) que me dejó la visualización de "Scanners", el Cronenberg anterior nos dejó una perla del cine de terror alienígena de serie b (que luego heredarían con más gloria y precisión técnica, películas como "Alien" de Ridley Scott). Guión escrito por el propio director, una historia que parte de una fantástica premisa, a su vez que delicada e intrigante. ¿Qué pasaría si fuésemos capaz de crear un parásito que habitara en nuestro interior haciendo las funciones de órganos?, la investigación se sitúa con solvencia en el libreto de Cronenberg en el interior de un complejo residencial. Lógico, aisla a un grupo de protagonistas corales, para que no haya la menor oportunidad de escape ante el ataque parásito. Ahí no queda la cosa, el realizador nos mete el suspense con el bicho de marras, al principio arrancando la acción con una cámara casi soporífera en cuanto a movimientos y acciones (intencionado, resiente un poco el ritmo, pero es el inicio y no importa demasiado), para luego, llevarnos al camino más visceral, retorcido y psicológico posible. Una patada al estómago (hay algunas escenas realmente desagradables, más propias del gore, que aun a día de hoy levantan más de un susto y estupor desagradable en el espectador que entre al trapo en la historia).
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Pero quizás el verdadero terror,  el que cala, el que a simple vista no es evidente, y de una inteligencia tan arriesgada y por otro lado, tan políticamente valiente (algo que se echa de menos en films de ahora, que metan más carga social y menos efectismo sonoro o visual al terror) es ese que Cronenberg nos deja a base de psicología. El bicho de marras, absorbe "las almas" sexuales de los protagonistas, dejando unos zombies anárquicos y sedientos de comida y sexo, consumistas y sexuales, ojo al tema. Dentro de este punto, la carga moral y social es tan potente que el guiño al espectador (o como el ser humano se consume en el deseo hacía la enfermedad) se convierte tanto en un mensaje tan conservador y radical, como todo lo contrario, liberal, caótico, anárquico. La bipolaridad de la introspectiva social que se expone es lo mejor de la película, y la psique sexual (hasta la extenuación depravada que llevan el film a momentos tan bizarros como el de la niña y su madre en el ascensor) que se respira, es catarsis total. Y mientras van cayendo o sucumbiendo al placer, la plaga humana y el supuesto protagonista de la cinta, se llega al final muy rápido, el cierre es tan pesimista y cojonudo (supongo que otra de las constantes de Cronenberg, me viene a la cabeza el final de hasta ahora mi preferida del director, la magnífica "Promesas del Este" destacando esa frialdad final con el que se cierra el film) que es sencillamente inquietante, perturbador, cinematográficamente disfrutable, y deudor también de los clásicos de la ciencia ficción más puntera de los 50 (me viene de manera reminiscente el clásico de Don Siegel, "La invasión de los ladrones de cuerpos" de la que por cierto, este film coincide en algunos puntos).
Y dentro del film, Cronenberg va inquietando con sus planos (cuanto más desequilibra la cámara, más miedo pasamos, por ejemplo, la vista subjetiva tan agresiva en un momento del film, la parte final por los pasillos y estancias del complejo, la "Hitchcockniana" escena del baño, o los curiosos ataques de los parásitos, lo explícito del sexo "sucio" o la violencia, marcas de la casa del director) la dirección perfecta, genial, muy artesanal (casi de serie B, pero con mucha originalidad, creatividad, en plan Romero de "La noche de los muertos vivientes" o el Raimi en sus primeros años con "Posesión Infernal"). El reparto, bastante correcto (en su mayoría actores que desconozco o que casi desconocemos) que tampoco hacen interpretaciones de lujo, pero que cumplen perfectamente con lo que se pretende. Destacaría a Allan Kolman, el primer afectado por el parásito y realmente terrorífico su personaje, Lynn Lowry como la enfermera (que tiene una escena de desnudo inicial que es sin duda uno de los desnudos más justificado de la historia del cine, je, y si lo habéis visto, sabréis todo el contenido informativo que tiene esa escena en particular, se dice todo sin decir absolutamente nada, Cronenberg nos pilla pero bien, zas en toda la boca) y nombrar a una chica Fellini, Barbara Steele, que también tiene una de las escenas mas memorables de la peli.

En conclusión: Es gratificante ver como el director, ahonda en el alma sexual del ser humano, de sus decadencias pervertidas y como lo mezcla con el suspense, con el terror, con la ciencia ficción, e inclusive con el género de zombies. Meted en una cocktelera el propio mundo de Cronenberg, echad una pizca de Romero del bueno, y tendréis un curioso y cinematográfico (ojo, solo para los más cinéfilos) film. Una gratificante película, sin duda.

1 comentario:

DASKABE dijo...

Me llama. Quiero ver otra bizarrada de este tío que no se corta nunca ni un pelo.

A ver si me la pasas.