2011/02/12

"Barton Fink": Papel de pared desquebrajado


Director: Joel Coen & Ethan Coen
Año: 1991
País:USA
Duración: 112 min.
Sinopsis:  En 1941, el guionista Barton Fink viaja a Hollywood para escribir una película sobre el luchador Wallace Berry. Durante su estancia en el Hotel Earle, Barton sufre un bloqueo intelectual. Su vecino, un vendedor de seguros, trata de ayudar, pero Fink sigue luchando con una serie de desafortunados eventos que lo alejan más y más de su tarea original.
 NOTA: 10/10    Ficha en IMDB


Cuando los geniales hermanos Coen, firmaran una joya como "Muerte entre las flores", paralelamente escribieron otro guión que hablaba sobre el estado creativo de los Coen por aquel tiempo (principio de los 90), en el que supuestamente estaba el desazón y el bloqueo mental. De ahí, los Coen idearon esta joya inclasificable, un brutal análisis sobre la mente del escritor, del creativo y del alma humana que recorre la mente del espectador con serpenteante inteligencia y su puntito corrosivo, ese que tanto nos gusta en el estilo de sus autores. "Barton Fink" está escrita por Joel Coen & Ethan Coen, ambos exponen con gran soltura su crítica más severa al mundo de Hollywood. Es ahí precisamente donde entra en juego una baza importante de humor negro, donde los excéntricos dirigentes de Hollywood cargan las tintas y donde claro está, queda definido el protagonista. Un escritor teatral un tanto concienciado en preocuparse por los problemas del hombre común, que inevitablemente, se topa con la cruel realidad. Esa pretensión de poner en el arte, la poesía del artista, del supuesto bohemio y su peligroso equilibrio, mantienen el discurso moral del film. Los Coen trabajan un protagonista algo ingenuo, intelectualmente perdido en un vacío emocional importante, hechizado por los secundarios que entran de alguna manera en su mente (representado de manera "Felliniesca", en un hotel casi vacío, frío y claustrofóbico). Es ahí, en el hotel, donde el libreto de los hermanos se adentra en la psique más paranoide del creador, donde se exprimen los giros de guión con una naturalidad pasmosa y algo bastarda por parque de los Coen que da gusto mirar cada pasaje, cada plano y cada alegoría. El film va aumentando sus puntos, sus conexiones simbólicas, y llega a entrar dentro del juego del espectador por sus fantásticos diálogos (algunos muy existencialistas, otros cargados de un humor tan esperpéntico y negro que hace que la carcajada sea extrema, impecable y plausible). 

Y dentro de ese mundo caótico (la mente es un mapa difícil de descifrar, justo como se dice en el film) los Coen deshacen su nudo personal (ese que lleva su sello) para ofrecernos un juego que lleva al desconcierto del propio espectador, todo ello desde la idílica y concienzuda parte final, donde los Coen juegan con lo abstracto, la metáfora y la parábola visual, reminiscente durante muchos momentos en el film con imágenes que evocan la inspiración, la mente o los sonidos del hotel. El significado de estas referencias depende ya de cada uno, para mi, el hotel y su papel de pared que se despega cada vez que Barton Fink escribe, representa el vacío creativo, la natural manera de vibrar de las cañerías o los sonidos del pasillo (oscuros y macabros) desestabilizan lo humano, el fatal destino (los Coen inclinan la cámara aparentemente sin motivo a veces, pero explican con lenguaje visual ese descontrol de sus personajes y ese punto de choque que llegará en el film). El calor del pasillo en llamas del final con ese referente tan recordado al mundo de David Lynch, y evidentemente ese final tan nervioso, fascinante y a su vez desconcertante, con la chica mirando al mar de las ideas, y el pájaro cazando a un pez en la orilla, mientras Fink, observa a su manera a la chica, deja de pensar en lo que habrá dentro de una caja que su orgullo ya se encargó de soplarle lo que contiene, y se deja caer por las tuberías de una playa que no controla, que no puede ser compartida, que debe ser solitaria, como la vida introspectiva del autor, no consciente del todo en lo que consiste la vida común, y machacado en cambiar la vida a través de ese falso pensamiento de que el arte, lo abstracto o la  poesía, pueden hacerlo. Así de mediáticamente duro y con su grado de maldad corrosiva (a su vez que atrayente), exponen los hermanos Coen sus pensamientos, su crítica hacia la creatividad, hacia Hollywood, hacia sus propios culos. Una historia compleja, que va sumando sus mejores momentos mediante avanza, y que será fascinante para algunos, en cambio para otros, será más que una paja más del autor (este tipo de público queda representado en los ejecutivos del film). Tremendamente densa, compleja y la historia más extraña que han plasmado los hermanos Coen.

Reparto excelente. Memorables las interpretaciones de sus partícipes, por un lado el siempre genuino John Turturro en la piel de Barton Fink. Un papel que le va como anillo al dedo y que perfectamente se comunica con el público, genial. Fascinante, tremendo y terrorífico está el papelón que tiene el gran John Goodman, que tiene uno de los papeles claves del film y yo diría que una de las intepretaciones más fascinantes y misteriosas que le he visto hacer a este pedazo de actor. Destacar también el papel femenino, interpretado por Judy Davis, fantástica en su rol, con algunos momentos destacables, Steve Buscemi como el botones, y los peces gordos de Hollywood, interpretados por unos histriónicos Michael LernerTony Shalhoub o Jon Polito respectivamente, geniales todos. En la dirección, uno de los films más perfectos de los Coen tras las cámaras. Es impecable cada encuadre, pues la imagen está cargada de significado y simbolismo cinematográfico, personalmente algo que me fascina. Esos planos cenitales en el hotel, los largos paneos hacia los desagües del hotel, el pasillo o la propia máquina de escribir. Los nerviosos seguimientos a sus personajes, la lírica visual que se imprime en la parte final, y el mundo personal o propio que crean los Coen con una técnica que huye del clasicismo imperante para films que centran su acción en los años 40. Ya digo, sorprendente dirección y una de mis preferidas a nivel técnico de los hermanísimos.

En conclusión:  "Barton Fink" habla sobre la desolación creativa del alma. Expone con total libertad, frescura y nerviosismo narrativo esta cuestión moral, y nos adentra cada vez más en una magnolia abstracta y a su vez onírica a la que solo se podrán adentrar sus espectadores más sensitivos y cinéfilos, el resto, imagino que quedará algo desorientado, al igual que los pretextos de su protagonista, pero de eso se trata. Conmover con el arte es uno de los temas. El arte como tal, no cambia una sociedad, una película no deja de ser una película, un autor no deja de tener problemas para crear, pero ahí dentro de la mente, cualquiera sabe el camino, habrá mucha gente que lo siga, y otros que se reirán, te utilizarán y guardarán tu cabeza en una cajita sellada. Una joya de los Coen que para mi queda permanente en la retina cinéfila. Un 10.

La Escena:  El final en la playa. // Barton Fink revisando las escenas en la sala de proyección de una película.


4 comentarios:

DASKABE dijo...

¡Quiero verla!

Dr. Gonzo dijo...

Un señor peliculón, como el 99% de la filmgrafia de los Coen.
Grandísimas interpretaciones y trabajo de dirección.

El final (la escena de John Goodman) siempre me dejó con el culo torcido.

diana moreno dijo...

siempre he pensado que es una peli que se puede odiar. pero qué leche. me encanta. la he visto 5 veces. no me canso de meterme en el hotelucho ese con paredes que se despegan y botones siniestros. es desagradable, es fascinante. qué experimento más loco, qué grande es turturro, qué cine más bueno.

Anónimo dijo...

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