The Man Behind the mask
Las máscaras están para quitárselas dicen los eruditos del vida.
La mía, esta pegada, no es diferente, es la misma que las demás.
Forma parte del todo, desde el nacimiento y quizás hasta el punto más dulce o profundo que haga que el alma expulse la máscara y la haga caer al suelo.
Echo de menos los besos, arroparme, pero hoy chica da igual, abrazaré al aire y seguirá vacío como siempre lo estuvo, pero conmigo.
Hoy quizás sueñe con una caricia tras una lágrima que se desvanece en tu mano. Me sonríes, pero no eres tu, mi lágrima me ha engañado.
Echo de menos la serenidad de mis actos cuando quitaba el envoltorio y veía reír. Ya las luces no alumbran como aquellos días de caramelos e ilusiones aun intactas. Las luces están en Febrero, colocadas, apagadas todo el día.
No existe una libertad explícita, atado por mi propia máscara, siempre coherente, siempre seria. Aquí encuentro el problema, pero es evidente que las cosas son así para mí, y así las he forjado para ti.
Mi máscara sonríe al ver aquello que siempre pudiste ser o de hecho eres. Quizás de envidia, quizás de anhelo, quizás de satisfacción propia.
Echo de menos mis juguetes, confidentes de mi cama enjaulada. Ahora la celda es global, y los juguetes no están, solo música, yo, y la clara oscuridad del día.
Hoy espero sin echar de menos nada que no tuve nunca.
Espero a que me quites la máscara sin prejuicios, sin que tenga que extender la mano al bolsillo, que la arranques y me mires preocupada y soñadora, pero chica, esa no eres tú.
Este soy yo.
Las máscaras están para quitárselas dicen los eruditos del vida.
La mía, esta pegada, no es diferente, es la misma que las demás.
Forma parte del todo, desde el nacimiento y quizás hasta el punto más dulce o profundo que haga que el alma expulse la máscara y la haga caer al suelo.
Echo de menos los besos, arroparme, pero hoy chica da igual, abrazaré al aire y seguirá vacío como siempre lo estuvo, pero conmigo.
Hoy quizás sueñe con una caricia tras una lágrima que se desvanece en tu mano. Me sonríes, pero no eres tu, mi lágrima me ha engañado.
Echo de menos la serenidad de mis actos cuando quitaba el envoltorio y veía reír. Ya las luces no alumbran como aquellos días de caramelos e ilusiones aun intactas. Las luces están en Febrero, colocadas, apagadas todo el día.
No existe una libertad explícita, atado por mi propia máscara, siempre coherente, siempre seria. Aquí encuentro el problema, pero es evidente que las cosas son así para mí, y así las he forjado para ti.
Mi máscara sonríe al ver aquello que siempre pudiste ser o de hecho eres. Quizás de envidia, quizás de anhelo, quizás de satisfacción propia.
Echo de menos mis juguetes, confidentes de mi cama enjaulada. Ahora la celda es global, y los juguetes no están, solo música, yo, y la clara oscuridad del día.
Hoy espero sin echar de menos nada que no tuve nunca.
Espero a que me quites la máscara sin prejuicios, sin que tenga que extender la mano al bolsillo, que la arranques y me mires preocupada y soñadora, pero chica, esa no eres tú.
Este soy yo.
Buen Sábadete! Me voy al Festival de cine Fantástico!!! yeeah!
1 comentario:
Buena reflexión muchacho. Luigi y sus reflexiones... XD.
Que se lo pase usted bien en lo del cine fantástico, ya no me podrá decir a mí del cine estudio. Al menos durante una semana XDDD.
Saludetes.
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