2009/12/31

"Where The Wild Things Are": Ser un niño

Spike Jonze nos ha soltado una joyita para acabar el año, un film que por desgracia está pasando un poco desapercibida en nuestro país ("Avatar" ha eclipsado casi toda la cartelera), "Where the wild things are" en mi modestia opinión, es una película especial, solo para personas muy específicas. Es un cuento para los inadaptados, para los soñadores, para los que buscan lirismo y metáfora en cada recoveco de la vida vista claro, desde el punto de vista de la niñez, pero con un prisma muy sensible, muy especial, independiente. Adjudicado el puesto número dos a lo mejor del año.‘Where The Wild Things Are’ es una adaptación del clásico cuento para niños de Maurice Sendak, protagonizado por Max, un desobediente niño que es enviado a la cama sin cenar y que crea su propio mundo imaginario: un lugar poblado por feroces criaturas que le tienen a él como líder. El guión adaptado lo firma el propio Spike Jonze, ya digo, a priori es una idea que no conecta con un público masivo, o te encanta o bien te deja totalmente indiferente. Supongo que este factor depende del sentido agudo de la sensibilidad del espectador, pues Spike Jonze cuenta con la sutileza, grandes temas que preocupan al mundo adulto, visto desde la mente de la soledad de un niño, que escapa de una indiferente realidad que no soporta, que le hace destruir cosas, para, crear su propio mundo con sus fábulas, sus criaturas. Y es ahí, donde el film se convierte en un juego totalmente anárquico para el espectador que quiera jugar, pues de eso se trata, es como si nos dispusiéramos a aceptar la mente de Max, a jugar con él dentro de su caótico mundo, y que poco a poco nos enamoremos de los mares, desiertos y de los fabulosos monstruos. El conflicto que el libreto expone es muy interesante, pese a que la imaginación de los niños, la ingenuidad de la diversión, del alma libre tarde o temprano se cataloga de impulsiva, de cansina, y automáticamente, los problemas adultos (de convivencia con las criaturas, entre ellas mismas o con Max) se atan a una problemática tan dura y realista que se apodera de la narración, tornándose serias y dramáticas este pesimismo entre la fantasía y la diversión. El mundo adulto conlleva a la destrucción de todos los sentimientos que Max pueda encarrilar a sus criaturas, su mundo tan inmaculado parece desmoronarse pues, nada tiene arreglo en un mundo sin normas, con egoísmo, donde todos parecen querer comerse al otro (literal o metafóricamente hablando). Al final, con mucha resignación, Max vuelve con su soledad a su hogar, aceptando la dura realidad de un niño que ya ha perdido la inocencia (la despedida en aullidos con sus criaturas es un canto poético a esa niñez que se va en un mar de adultos donde no hay reyes ni magia alguna), y mientras Max a recobrado la respiración y yace serio, frustrado, indiferente, mira a su madre con una complicidad tan emotiva como la propia naturaleza de un niño, libre, imaginativo, solitario que ha decidido crecer, ha decidido quitarse su pijamita, su corona y cambiarlos por un esmoquin para ver a otro tipo de monstruos, mucho más aburridos o superfluos, como la propia audiencia indiferente que juzgan un mundo destinado a unos poquitos niños cinéfilos.

El reparto gira en torno al niño de la película, el papel lo interpreta Max Records a las mil maravillas (además su propio nombre es el del personaje), se ve la pureza de la impulsividad, rebeldía y el comentado anarquismo que expone su personaje, dando una naturaleza propia a la película, siendo Max el que haga que el público entre o no en su mundo, y en definitiva en la propia narración de la película. A mi me ha convencido muchísimo su actuación. La madre de Max, la interpreta la siempre genial Catherine Keener, que sobretodo en la parte final está estupenda. Las criaturas imaginarias de Max, a cual más magnífica, original y carismática, están creadas por la factoría Jim Henson, y posteriormente sus rostros han sido digitalizados, pero, sus voces en versión original, tienen los sentimientos de otro reparto genial a la sombras. Es por ello que la voz de los actores James Gandolfini (Tony Soprano, en la famosa serie y genial aquí en el monstruo que lleva la voz cantante y el que directamente explora la profundidad del mensaje junto con Max), Catherine O'Hara (que parece que está retomando mucho su carrera, apareciendo ya en varios films este año, entre ellos otro film de este año del genial Sam Mendes, "Away we Go"), Forest Whitaker, mi querida Lauren Ambrose (Claire en "Six Feet Under") en el reflexivo papel de KW o Chris Cooper son algunas de las famosas voces que dan vida a las criaturas tan memorables del film. En general, muy bueno todo el reparto delante y detrás de la cámara, creo, que con un resultado muy icónico y memorable.

No hago más que lamentarme, cuando estoy leyendo alguna crítica en contra de la dirección "videoclipera" de Spike Jonze a la cámara. Pues bien amigos, creo que los que no entienden el film en su totalidad, tampoco entienden, que el estilo de Jonze está muy consolidado pese a tener tan solo tres films en su filmografía. Los cortes, la cámara al hombro (en plan documental) es recurrente, los seguimientos tras los personajes, los mágicos planos generales donde su mundo parece ser muy claro y directo, contrasta con la justificación de su técnica al tratarse del mundo de un niño hiperactivo, el film refleja esto cuando es debido, y a su vez, es elegante, directo, y conciso en su lenguaje con mucho tacto, belleza (un ejemplo es la emotiva escena de la barca al final, que pone los bellos de punta). Jonze firma para mi, su segundo mejor trabajo tras "Adaptation, el ladrón de orquídeas", aunque quizás el mejor a nivel creativo y visual, genial, muy dinámico y artesano. Destacar los efectos especiales, muy bien integrados y no todo realizado por ordenador, cosa muy interesante hoy en día, por lo menos para mí (Estos monstruos se pueden palpar, se pueden sentir, porque en parte son reales y están con el actor). Aplauso y en mi caso ovación para la banda sonora de la película. Una maravilla que llenará los sentidos de felicidad, de bellas notas, de emoción, los responsables, Carter Burwell y la cantante Karen O, que junto a un coro de niños ha grabado la mejor banda sonora del año. Espero que al menos se lleven el Globo de Oro.

"Where the Wild Things Are" es una gran película, muy particular, genuina, original e interesante. El fallo está en quién la ve, pues el film no es precisamente grandilocuente en su envoltorio, pues las criaturas no están estilizadas, no son perfectas, ni mantienen una edulcorada armonía "Disney" con Max. Jonze cuenta una realidad a través de la fantasía, un tema tan crudo, triste y a la vez bonito como la pérdida de la inocencia de un niño que desea ser aceptado, que desea imaginar en un mundo cruel y dispar en todos sus rincones. Como decía, el envoltorio puede llevar al gran público al prejuicio, pero hay que mirar dentro amigos, sé que a día de hoy nadie lo hace, que a día de hoy los niños han perdido la magia de soñar, pero, ¿Estáis dispuestos a entrar al lugar donde habitan los monstruos?, yo con Max, y con Spike Jonze, desde luego que sí. Un 10.

NOTA:10/10
RECOMENDACIÓN: Niños grandes.
DURACIÓN: 101 min
Ficha en IMDB
Trailer en Youtube




3 comentarios:

DASKABE dijo...

Cuando la vea te comentaré. Caerá proximamente.

DASKABE dijo...

Pues sí, preciosa, entrañable película. Emocionante que llega al corazón y al alma si te dejas llevar por la historia, el universo, los personajes, etc.

He llorado de buena manera en la escena que supongo que ya sabes.
Lo único que achaco a tu crítica es que digas que donde viven los monstruos sea imaginación de Max, para mí es más real que la vida misma.

Saludos.

Xavi Pichu dijo...

Preciosa película. Perfecta metáfora de la empatía camuflada bajo una tapadera que puede llegar a parecer infantil, però que cala hondo tanto en menores como en adultos.
Me hizo reflexionar mucho después de verla-