"Elephant": Vidas en un plano secuencia

Después de ver la magnífica "El indomable Will Hunting", el polémico Gus Van Sant firma esta fría, tremenda e impactante cinta, "Elephant". Esta película está basada en los hechos ocurridos en la matanza del Instituto de Columbine en Estados Unidos. La vida cotidiana de los alumnos se esboza desde diferentes ángulos, los que terminan enlazándose al estallar la tragedia. Se trata de una reconstrucción de la tragedia que conmocionó a la sociedad estadounidense. Guión de propio Van Sant, narrado desde la cotidianidad de los alumnos del instituto, con una realidad pasmosa. El inicio desconcierta, se presentan muchos personajes, que más tarde irán enlazando, y lo que puede parecer un hecho insustancial para la historia, no lo es, Van Sant cuenta con la metáfora en varias ocasiones al jugar con los elementos más destacados de sus personajes, y sabe perfectamente que en contra, tiene al espectador que solo ve el acto realista y superficial, que avanza lento casi soñolientamente por cada página y recoveco del film, pero el poder visual y narrativo es excelente, eso se debe a la manera de contar la tragedia, un guión que se salta los tres actos, los entremezcla y los concluye a su antojo con dureza y reminiscencia en varias ocasiones. Mencionar esas metáforas, el personaje que estudia fotografía, capta momentos cotidianos, se sumerge en su visión y explora su sueño perdido al final del film a través del objetivo. Todos son víctimas sociales, inclusive los asesinos, adolescentes que se ven perdidos en un país que les deja usar armas para matar a los que enseñan que eso está mal, que nunca han besado a una chica, que ven a Hitler como un showman y no como un dictador. Barbarie que acaba por juzgar a todos los personajes de una manera u otra con la muerte, o la salvación del personaje del chico que cuida a su padre borracho, un ángel de la guarda que salva a los que tiene cerca (la chica que lo besa en la mejilla, queda fuera de la masacre) un personaje espiritual en muchos aspectos.

No olvidar la base primordial del film, el porqué, la crítica a la sociedad estadounidense en su totalidad. Desde las armas, pasando por la marginación social, el desequilibro de algo aparentemente impoluto, la juventud (con el personaje de las tres chicas, que no hacen más que hacer sandeces y "potar" la ensalada que les hará gordas, tremendo). El guión remata muy bien el enfoque directo, real y sobrecogedor, la acción no se "manipula" no hay efectismos de emociones, todo es tratado por igual, pre y post-masacre, es la dureza que impacta, es la franqueza de una historia a priori simple, cotidiana, pero perfectamente escrita, que es lo que cuenta. Reparto de desconocidos, chicos y chicas que entran dentro de la coral historia, geniales todos ellos, buenas interpretaciones. En el apartado técnico, me encuentro con otra fascinante realización contemporánea (para que luego digan que no se hace buen cine actualmente), el señor Gus Van Sant rueda impecablemente un film de una estética visual muy determinada, y lo hace a través de unos sorprendentes planos secuencias (casi sin cortes) de varios minutos, que va narrando, junto con el montaje (también realizado por el propio director) la dirección de los personajes en diferentes ángulos, en diferentes momentos, avanzando elípticamente hacia delante o hacia atrás de manera soberbia (esto podría ser un riesgo lamentable si se hace mal), aunque todo hay que decirlo, a veces cansa o parece que se abusa, pero es parte del poder hipnótico del film. El plano secuencia, o la cámara paneando de un lado a otro varias veces es la técnica usada por Van Sant, siempre a los hombros o cogotes de los personajes, a no ser que sean a los asesinos, donde el director se permite el lujo de "enmarcarlos" con planos contrapicados y cenitales para resaltar el desorden de personalidad, para despertar la curiosidad del analista fílmico, curioso y acertada dirección, hay que verla y se comprenderá.

Destacaría varias cosas, para empezar el personaje de la chica rechazada en todo el instituto, aunque sea la primera el pagar el pato, creo que su papel hace más a la reflexión del espectador que cualquier otro (no olvidemos que el chico que planea toda la masacre tiene cierta conexión anti-social con este otro). Así, momentos, quizás el inicio, con ese coche dando tumbos y viendo que rumbo va a tomar el film, luego desconcierto, planos costumbristas aparentemente sin mucho sentido, aunque realmente lo tenga más tarde, cuando por fin se ve a los dos asesinos entrando al edificio, a partir de aquí se vuelve al inicio, se cuenta como "termina" cada historia, y es lo que hace interesante a casi todo lo que quede de film (dura hora y cuarto), la secuencia de las chicas en el comedor es suspense puro, me explico, Van Sant muestra la ventana del exterior donde vemos a los asesinos llegar al edificio, luego traslada la cámara a las chicas que conversan en un diálogo que va escalando decibélios por segundos mientras ya no muestra la ventana, el público se pregunta cuando va a suceder la masacre, cosa que no sabe hasta el último momento, Sant juega con esto varias veces, convirtiendo la parte final en una genial película de terror, y cerrando con una secuencia dentro del congelador, más frío y directo imposible (valga la redundancia). Destacar como la música de Ludwig van Beethoven alumbra el film para llevar la serenidad violenta de los actos y la masacre (algo que creo que rinde homenaje a Kubrick y "La naranja mecánica").

En general, un film original, diferente y sorprendente, que atiza al espectador con calma, con narrativa arriesgada, puede que sin efectísmos clarividentes pero con una leve sensación de presuntuosidad o ambición por parte de Sant, que creo que no es tal en esta ocasión , así que acertadísima visión por parte de Gus Van Sant, que con algo de descaro, diré que rueda uno (por no decir el mejor) de sus mejores films. Un 9,5.

NOTA: 9,5/10
RECOMENDACIÓN: Los que buscan algo diferente. Ver en V.O.S.E.
DURACIÓN: 81 min.
AÑO: 2003
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